Durante mucho tiempo buscamos sanar las relaciones con los demás: con la familia, con la pareja, con los amigos…
Pero pocas veces nos detenemos a mirar la relación más importante de todas: la que tenemos con nosotros mismos.
Sanar tu relación contigo no es un destino, es un viaje.
Un camino de autodescubrimiento, perdón y amor propio que comienza el día que decides dejar de exigirte tanto y empezar a abrazarte más.
Aprender a escucharte sin juzgarte
La mayoría de las veces no nos tratamos con amabilidad.
Nos criticamos por nuestros errores, nos presionamos por no ser “suficientes”,
y callamos lo que realmente sentimos para encajar en lo que otros esperan.
Sanar comienza cuando aprendes a escucharte sin miedo ni juicio.
Cuando te das permiso de sentir sin etiquetar tus emociones como “buenas” o “malas”.
Cuando entiendes que tus heridas no te definen, solo te recuerdan por dónde ya pasaste.
Perdonarte también es sanar
A veces el perdón más difícil no es hacia los demás, sino hacia ti.
Perdonarte por las veces que te abandonaste, por lo que toleraste,
por lo que no supiste hacer mejor… porque simplemente estabas aprendiendo.
Sanar tu relación contigo mismo es dejar de castigarte por tu pasado
y comenzar a honrar todo lo que has superado para llegar hasta aquí.
Volver a elegirte cada día
Sanar no es un acto único, es una decisión diaria.
Cada vez que eliges cuidarte, respetarte, descansar,
poner un límite o decir “no” sin culpa,
estás reconstruyendo la confianza en ti mismo.
Recuerda: no puedes amar de verdad a los demás
si primero no aprendes a amarte con sinceridad.
La relación que tienes contigo marca la forma en que te relacionas con el mundo.
Sanar es volver a casa
Cuando sanas la relación contigo, algo dentro de ti se aquieta.
El ruido mental baja, las comparaciones pierden fuerza,
y la vida se siente más ligera.
Te reencuentras contigo.
Con esa versión tuya que habías olvidado,
la que siempre ha estado ahí esperando a que la mires con ternura.
Recuerda:
Sanar tu relación contigo mismo no significa ser perfecto.
Significa reconocer tus sombras y aún así elegir amarte.
Significa dejar de buscar afuera lo que siempre estuvo dentro.
Y cuando finalmente lo haces, descubres que la paz que tanto buscabas…
siempre fue tuya. 🌙💛

No hay comentarios:
Publicar un comentario