Porque tu sistema digestivo también necesita que lo escuches
Vivimos en piloto automático: desayunamos respondiendo correos, almorzamos frente a una pantalla y cenamos sin recordar el sabor de lo que comimos. En medio de este ritmo acelerado, olvidamos que la digestión no empieza en el estómago, sino en la mente.
Y aquí es donde entra la práctica de la atención plena, también conocida como mindfulness. Esta herramienta, que tantos beneficios tiene para la salud mental, también puede convertirse en una aliada poderosa para tu salud digestiva.
🌿 Comer con el cuerpo en “modo guerra”
Cuando comes con prisa, ansiedad o tensión —discutiendo, revisando redes sociales o atrapadx en mil pensamientos— tu cuerpo entra en estado de estrés. Este estado activa el sistema nervioso simpático, más conocido como el modo de “lucha o huida”.
¿El problema? En este estado, el cuerpo redirige la energía hacia los músculos y el corazón... y suspende funciones “no urgentes” como la digestión.
El resultado:
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Digestión lenta
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Gases
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Acidez
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Inflamación
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Sensación de pesadez
Tu cuerpo no digiere bien si cree que está en peligro.
🧘 Comer en calma: el verdadero “modo digestivo”
En cambio, cuando te sientas tranquilamente a comer, respiras, conectas con el momento y saboreas... el cuerpo activa el sistema nervioso parasimpático, también llamado “modo digestivo”.
Este modo:
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Estimula la secreción de enzimas digestivas
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Mejora la absorción de nutrientes
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Reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés)
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Favorece una digestión más ligera y eficiente
Es decir, no solo importa lo que comes, sino cómo lo comes.
🍽️ Cómo practicar atención plena al comer
No necesitas una ceremonia. Solo presencia. Aquí algunos pasos sencillos para convertir cada comida en un acto de autocuidado:
1. Respira antes del primer bocado
Haz 2 o 3 respiraciones profundas. Esto le dice a tu sistema nervioso: “Estoy a salvo. Podemos digerir”.
2. Agradece tu comida
Tómate un instante para observar tu plato. Conecta con el origen de los alimentos, con quién los preparó o con el privilegio de tenerlos.
3. Mastica lentamente
La digestión empieza en la boca. Masticar bien no solo facilita el trabajo del estómago, también te ayuda a saborear más y comer menos.
4. Elimina distracciones
Apaga la TV, aleja el celular, silencia las notificaciones. Comer sin estímulos externos mejora la conexión con tu cuerpo y tus señales de saciedad.
5. Escucha a tu cuerpo
Come hasta sentirte saciado, no lleno. Observa cómo te sientes después. ¿Ligero? ¿Pesado? ¿Con energía? Eso también es atención plena.
💡 Comer es un acto sagrado
Cuando comes con atención plena, tu comida deja de ser una tarea más del día y se convierte en un momento de reconexión contigo. Te ayuda a salir del piloto automático, a cuidar tu digestión y a tratarte con más amor.
Desde Hogar Sano, te invitamos a ver cada comida como una oportunidad de nutrir tu cuerpo, tu mente y tu relación contigo mismx.
Porque a veces, el secreto no está en lo que comemos…
Sino en cómo decidimos vivir ese momento.
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