domingo, 1 de junio de 2025

Mitos sobre la nutrición que deberías dejar de creer

 



En un mundo lleno de información —y desinformación— es fácil caer en creencias erróneas sobre lo que deberíamos o no comer. Las redes sociales, las dietas de moda, los gurús sin formación y los rumores populares han contribuido a difundir mitos que no solo son falsos, sino que pueden ser perjudiciales para tu salud.

Hoy vamos a desmentir algunos de los mitos más comunes sobre la nutrición que ya es hora de dejar atrás.


1. “Los carbohidratos engordan”

Uno de los mitos más extendidos. La realidad es que los carbohidratos no son tus enemigos. Lo que realmente causa aumento de peso es un exceso de calorías, sin importar de qué macronutriente provengan. Los carbohidratos son la fuente principal de energía para el cuerpo, especialmente para el cerebro. El problema no está en el arroz o la papa, sino en el exceso y en la calidad de los carbohidratos que consumimos (por ejemplo, refinados y ultraprocesados).


2. “Comer después de las 6 de la tarde engorda”

No es la hora en la que comes, sino la cantidad total y la calidad de lo que comes durante el día. Tu cuerpo no tiene un reloj que diga: “¡Es de noche, ahora todo se convierte en grasa!”. Lo importante es mantener un equilibrio energético. Si cenas de forma ligera y saludable, no pasa absolutamente nada.


3. “El pan integral no engorda”

El pan integral es más saludable que el pan blanco porque contiene más fibra, lo que ayuda a la digestión y te mantiene saciado por más tiempo. Sin embargo, sigue teniendo calorías y, como todo, debe consumirse con moderación. Integral no es sinónimo de “puedo comerlo sin límite”.


4. “El azúcar moreno es más saludable que el azúcar blanco”

Ambos son azúcar. Aunque el azúcar moreno puede contener mínimas cantidades de minerales, nutricionalmente la diferencia es insignificante. En grandes cantidades, ambos pueden contribuir a problemas como obesidad, diabetes tipo 2 y caries.


5. “Necesitas suplementos para estar sano”

A menos que tengas una deficiencia específica diagnosticada por un profesional, no necesitas suplementos para tener una buena salud. Una alimentación balanceada y variada puede proporcionarte todos los nutrientes que necesitas. El exceso de vitaminas también puede ser perjudicial.


6. “Las grasas son malas”

Falso. Tu cuerpo necesita grasas saludables para funcionar correctamente. Las grasas buenas —como las que se encuentran en el aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado— son esenciales para la salud del corazón y del cerebro. Lo que hay que evitar son las grasas trans y el exceso de grasas saturadas.


7. “Beber jugo natural es igual a comer fruta”

No es lo mismo. Cuando haces jugo, eliminas la fibra y concentras los azúcares. Aunque es natural, sigue siendo una bebida azucarada. Siempre es mejor comer la fruta entera para obtener todos sus beneficios.


8. “Mientras más proteína consumas, mejor”

La proteína es esencial, pero el exceso no se convierte en músculo mágicamente. Si consumes más proteína de la que tu cuerpo necesita, se almacenará como grasa o se eliminará. Además, en exceso puede sobrecargar tus riñones. El equilibrio siempre es la clave.


9. “Si no sientes hambre, es porque no necesitas comer”

El cuerpo puede acostumbrarse a saltarse comidas, pero eso no siempre es saludable. En ocasiones, la falta de hambre puede ser señal de desequilibrios hormonales, estrés o hábitos alimenticios irregulares. Escuchar a tu cuerpo está bien, pero también hay que entenderlo.


10. “Para bajar de peso hay que dejar de comer”

Este es uno de los mitos más peligrosos. Pasar hambre no es sinónimo de salud ni de pérdida de grasa sostenible. Saltarse comidas puede desacelerar tu metabolismo, provocar ansiedad y llevarte a comer en exceso más adelante. Comer bien no es comer poco, es comer con conciencia.


Conclusión: el conocimiento es poder (y salud)

Creer en mitos puede alejarnos de una relación sana con la comida y generar frustración, culpa o hábitos poco sostenibles. La mejor dieta es la que puedes mantener a largo plazo, que te nutre, te da energía y se adapta a tus necesidades.

Recuerda: no necesitas seguir tendencias extremas, sino alimentarte con equilibrio, variedad y conciencia. Y, ante la duda, consulta con profesionales en nutrición, no con redes sociales.


¿Conocías alguno de estos mitos? ¿Hay otros que te gustaría desmentir? ¡Déjalo en los comentarios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario